Al llegar al lugar lo primero que se ve es una gigantesca mancha blanca que se pierde de vista hasta alcanzar los 4 mil metros de altura. Son más de 640 kilómetros cuadrados de tierra salada, si aunque te parezca mentira, no veras vegetación, no veras agua, solo veras sal. Por el subsuelo del lugar si corre agua subterránea, una salmuera saturada de cloruro de sodio que además tiene litio, potasio, borato y sulfato.
En nuestro planeta solo existen tres salares que tienen características similares. Visitarlo es muy impactante, uno tiene la sensación de encontrarse en otro planeta sin naturaleza.
Otra atracción de la zona son las ruinas de la mina de oro pertenecientes a la cultura Inca Huasi, en su tiempo fue explotada por los Incas y más tarde por los españoles que arribaron a la zona. También puedes visitar diferentes minas de litio que aun se encuentran en explotación.
Para llegar puedes hacerlo desde Antofagasta, por la Ruta 43, la misma te llevará directamente al Salar. Lo mejor es que vayas en camioneta o en vehículos adaptados para ese tipo de terrenos, no te olvides de llevar combustible extra y agua potable, ya que en la zona no encontraras.
Lo que nosotros re recomendamos es que contrates una excursión que te permitirá conocer el lugar mejor por los aportes de la guía. Para contratarla lo puedes hacer en Antofagasta, una buena empresa es Alta Catamarca (info@altacatamarca.com). La excursión puede durar toda una jornada. El precio incluye traslado, guía y visita a las minas y a los géiseres.
La mejor época del año para visitar el Salar del Hombre Muerto es en los meses de octubre a marzo. Durante el invierno la nieve no te permitirá disfrutar del paisaje.
Foto | Salar del Hombre Muerto